Todo lo que brilla es oro
Este puede ser un enunciado contradictorio, sobre todo viniendo de un diseñador gráfico experto en marcas que lleva más de 20 años trabajando en las diversas aristas de la profesión, pero trabajando especialmente en el diseño de logos.
Lo que más me ha abierto los ojos a entender el enunciado: No necesitas un logo ha sido comprender el proceso de ventas. Construir mi negocio me ha llevado a aprender sobre otras áreas que no corresponden a mi entrenamiento como diseñador pero que son vitales para tener una oferta de valor que funcione.
El año pasado, inicié una certificación de ventas para negocios creativos con Enfoca tu Mundo. Con ellos he aprendido a hacer de mi actividad creativa, un trabajo sustentable, que le aporta valor a los demás y que le abre campo a mis espacios personales.
En una de las reuniones con la comunidad de Enfoca Tu Mundo, Pablo de Hoyos nuestro mentor en ventas, usó esa misma oración, y su argumento es el siguiente:
“Si no has validado tu servicio la prioridad no es el logo, ni la página web. La prioridad número uno cuando estás levantando un proyecto, es validar que exista una demanda en el mercado para tu servicio.
El punto A es: quiero vender algo. El punto B es: ya vendí algo. El camino más rápido no es hacer redes sociales, ni logo, ni instagram, sino preguntar a tu nicho “¿Oye, te interesa esto?” Y si te dice que si, lo vendes. Si te dice que no, le dices ¿por qué no?, ajustas y le vuelves a preguntar.
El logo en esta etapa es como la turbina de un avión. Cuando a un avión que ya está en vuelo, le enciendes la turbina, se le incrementa la velocidad. Si tu le pones a una cosa que está ahí en el piso que no tiene alas, que no está planeando todavía, no ha levantado vuelo, aunque le pongas la turbina más grande, no va a ir a ningún lado. Lo más rápido y eficiente es construir primero un buen planeador, le pones un buen motor y cruzas el atlántico.Pero de entrada no, el mundo está en tu contra. Todas las probabilidades en tu contra. La buena comunicación visual no es barata y si no tienes el dinero para hacerlo bien, esa es la razón. Primero hay que despegar y luego vamos rápido.”
Entonces ¿no necesito un logo?
Si estás logrando ventas con tu negocio, piensa primero en tu marca para así destilar el mejor logo posible.
Pensar en tu marca de forma estratégica, es la mejor forma de proyectar la comunicación de tu negocio. Es importante construir primero unos cimientos sólidos desde lo conceptual y lo escrito. Un gran logo, se sostiene bien cuando lo respalda una marca bien pensada y ejecutada, y cuando el negocio también puede cumplir su promesa de valor.
En Rat Park Studio nos gusta crear conceptos que sean dinámicos, pero también estables y atemporales. Por eso es fundamental que nuestros clientes tengan una visión a largo plazo, ya que este es el insumo más importante para traducirlo en piezas creativas. Un logo sostenible solo puede ser posible si está sustentado en una estrategia de marca clara y proyectada en el tiempo.
Un logo sostenible no es solamente un diseño que tenga que ver con sostenibilidad, sino que se sostiene en el tiempo y en la percepción de sus usuarios, esto gracias a que es soportado por narrativas de valor, que aportan a la gente y al crecimiento de la empresa.
Si quieres aprender más sobre nuestro proceso de creación de marcas y de identidad visual, entra a esta página: https://ratpark.studio/quierounlogo. Déjanos tu correo y te enviaremos el libro LA AVENTURA DE LA MARCA, un recorrido por el proceso de Rat Park Studio para crear marcas estelares.
No Logo & Muji
Si nos queremos ir al extremo, podemos intentar estos caminos que han intentado los ejemplos que mostraré. Es posible no tener un logo, es posible criticar el modelo actual con el logo como emblema y heraldo del universo corporativo, pero al final, incluso en estos casos vamos a caer de vuelta a la necesidad de identificación, diferenciación y posicionamiento de nuestros productos, servicios o ideas.
Encuentro dos historias que me gustaría conectar, ya que son los dos extremos en cuanto se trata de marcas.
Por un lado está el movimiento MUJI proveniente de Japón. El MUJI o Mujirushi Ryōhin traduce literalmente “Artículos de calidad sin marca”. Son artículos sin logos ni marcas, y que se centran más en el producto que en el creador, para así crear una conexión más directa y duradera con el consumidores y usuarios. Este tipo te productos son consecuencia de la herencia filosófica y de diseño alrededor de la vida sencilla y la contemplación del vacío “Ma”. La paradoja, es que una vez se agruparon estos productos y se convirtieron en tienda hacia 1980, crearon la marca MUJI que se convirtió en un almacén de cadena con logo, aplicaciones de marca y todas las estrategias del branding, para promover un estilo de vida sin marcas.
MUJI Es un claro ejemplo de cómo podemos prestarle más atención a la calidad, a los espacios y al producto, para “limpiar” lo más posible la experiencia del usuario con la marca. Pero que es muy difícil salirnos del contexto de la comunicación y de la identidad completamente.
Por el otro volvió a mi el recuerdo del libro NO LOGO de Naomi Klein. En su libro, ella hace una crítica muy importante al Marketing y al Branding, especialmente porque en occidente las empresas han pasado de vender productos a vender marcas y estilos de vida. Convirtiendo a las marcas en símbolos de estatus y pertenencia social. Además pone el ojo en las malas condiciones laborales de los trabajadores que confeccionan y fabrican las marcas más costosas del mundo, haciéndonos recordar que el status puede ser al costo del abuso de otras personas para lograr productos baratos que se vendan caros por la ilusión que puede crear la comunicación de marca y el marketing, el libro también muestra como consumidores y activistas han acudido a la rebelión y el boicot contra la corporación buscando la promoción de un consumo más consciente y responsable.
Al igual que con MUJI, no puedo dejar de pensar que NO LOGO también tuvo un esfuerzo de diseño gráfico, branding y marketing para que sus ideas pudieran darle la vuelta al mundo. Pero además logró influir a una generación de comunicadores para crear una nueva tendencia de branding sin logos para identificarse.
En ese caso, la conclusión a la que puedo llegar, es que podemos encontrar maneras creativas de desarrollar nuestra identidad que van más allá de la creación de un logo, podemos encontrar conexión directa con los productos, con los procesos que los logran y sobretodo con las personas que hacen parte de una empresa. Y en el caso del diseño del logo, podemos aprender de estas tendencias minimalistas para así comunicar lo máximo, exponiendo los mínimos elementos, y confiando en la inteligencia y retórica que nos puede aportar quienes nos ven y se benefician de nuestra oferta.